La historia del Balneario Széchenyi comienza bajo tierra en 1879, cuando unas perforaciones profundas revelaron unas fuentes termales calientes que burbujeaban bajo el Parque Municipal de Budapest. Este descubrimiento despertó el entusiasmo por aprovechar las aguas geotérmicas naturales, preparando el terreno para el gran balneario que surgiría décadas más tarde, convirtiendo la ciudad en un paraíso para los buscadores de bienestar.